En época de pandemia los aparatos tecnológicos como celulares, computadores, tablets, entre otros, nos han permitido conectarnos desde cualquier lugar donde nos encontremos, sin necesidad de un encuentro presencial. Sin embargo, muchas personas en Colombia no tienen acceso a estos dispositivos, en otros casos no cuentan con redes como la telefonía fija, móvil o internet, o simplemente a ninguna de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC’S). Pero esto no es todo, pues en muchos casos para solucionar esta situación conocida como brecha digital, se ha intentado dotar con tecnología a las zonas que tienen mayor desigualdad sin un resultado favorable.
No se trata solo de tener tecnología sino también de saber cómo utilizarla.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Colombia es uno de los países con menor porcentaje de conexión a banda ancha con un 14%, siendo uno de los más bajos de América Latina. Su conexión total de acceso a internet es de 52% y de acuerdo con información aportada por la Gran Encuesta TIC-2019, hecha por la Universidad Nacional, se evidenció que solo 26% de los hogares rurales
tienen conexión y al menos 20 millones de colombianos en la ruralidad no tienen conectividad. Bogotá es la ciudad mejor conectada en el país, esto ya que en zonas urbanas es un mercado de alta rentabilidad.
Esta situación lleva a pensar en cómo han sido las actividades diarias de las personas que se encuentran en zonas rurales, desde que inició el confinamiento, momento en el que más se ha necesitado de las TIC. Es por esto que hicimos la tarea de analizar cómo los niños que asistían presencialmente a la escuela, pasaron a la virtualidad y cuántos tuvieron que suspender sus estudios.
Según el DANE la mayor parte de la población escolar que dejó de asistir al colegio se encuentra en las zonas rurales, la inasistencia en este sector de la población pasó del 4,8 en 2019 al 30,1 por ciento en 2020, esto quiere decir que hay 1,5 millones de niños que no están asistiendo a clases, de los 9 millones que registra el sistema educativo. Entonces, ¿Por qué se puede estar dando esta problemática? ¿Qué iniciativas se han llevado a cabo para mitigar esto?
Pongámonos en los zapatos de los niños de las zonas rurales. De un momento a otro te dicen que ya no puedes volver a tu escuela, tienes que ver clases desde tu casa ya sea por medio de un celular o computador. En casa solo tienes un celular que es de tus papás, pero tus hermanos también lo tienen que utilizar para las clases de ellos y a esto sumemosle que la señal no es muy buena y hay momentos en que no pueden asistir a ninguna clase.
Francisco Cajiao experto en educación, explicó: “Claramente, en la ruralidad la situación es más alarmante, porque al no tener conectividad, las posibilidades de recibir formación son mínimas. Y el problema es que retomar y recuperar lo perdido va a ser un reto enorme y un proceso lento que puede implicar retrasos no solo educativos y sociales, como ya lo habían advertido la Unesco y la Unicef”.
Una de las iniciativas para controlar esta situación fue realizada por el MinTic, la cual buscaba conectar a Internet a escuelas rurales ubicadas en 15 departamentos del país, no obstante, los $70.000 millones para el contrato con la Unión Temporal Centros Poblados pararon en manos corruptas y muchos niños siguen esperando esa conectividad.
Finalmente, el objetivo no puede ser diferente a seguir trabajando y buscando soluciones a esta problemática. Sabemos la importancia que tiene la educación en la vida de las personas y reconocemos que es fundamental para construir sueños. Por eso, estamos convencidos de que los y las estudiantes rurales de Colombia deben recibir una educación equitativa y de calidad, sin olvidar que la tecnología no es igual a educación.
Por Carolina Patiño Comunicadora Social - Voluntaria FEE
留言